Director, editor, redactor

Estudié en el Colegio San Ignacio y posteriormente me gradué en la Universidad Alberto Hurtado. Realicé cursos de televisión y expresión corporal en la Universidad Católica de Río de Janeiro en Brasil.

2/05/2007

Aprendamos...

Sí, lo sé. Somos muy diferentes a los brasileros y que Chile tiene sus virtudes, como Brasil tiene sus defectos. Pero eso no quita que podamos rescatar lo que verdaderamente nos haría crecer como personas.

Sábado 3 de febrero, 4:30 de la tarde; Escuela de zamba “Portelo”.

Todo el mundo baila. Por los parlantes resuenan los ruidos de tambores, panderos y voces a coro. Más de siete mil personas bailan al ritmo del Carnaval. La cervezas corren de un lado para otro tratando de aplacar el inmenso calor que hace. Son 30 grados a la sombra… pero no importa; hay que bailar.

En un instante de de silencio, los presentadores dan un saludo de bienvenida a los “alumnos extranjeros de la PUC”. Todos se dan vueltas y nos miran. Pero no es una mirada inquisidora. No. Todos ríen y nos dan la bienvenida también. Es alegría y compañerismo. Una señora de edad se acerca y nos pregunta si lo estamos pasando bien. Le respondo que sí. Me abraza y me dice: “bienvenido a la tierra de la zamba”… yo le respondo “Obrigado”.

Todo el mundo lo pasa bien. Incluso nosotros, los “alumnos extranjeros de la PUC”. Que a decir verdad, ya no me siento “tan” extranjero en medio de esta alegre hospitalidad.

Aprendamos

Domingo 4 de febrero, 12:45 de la tarde.

Otro domingo de sol y fiesta. La Costanera abierta y la familia disfrutando por ella. Un hombre vestido de “Selección brasilera” domina una manzana. La deja caer y toma una pelota de tenis… sigue dominando. Cuando termina su rutina frutícola agarra una pelota de fútbol y hace maravillas. Me recuerda a Ronaldinho. Le pido si me puede dejar dominar y me dice que sí. Le digo que soy chileno y estrechamos la mano. Comenzamos a hacer una rutina en conjunto… claramente el chileno resultó ser peor que el brasilero; pero es una cuestión de cultura deportiva.

Al terminar me pregunta mi nombre, y cuando me estoy yendo me dice: “Cristián, pon tu banano para adelante para que no te lo roben”… Me sentí seguro.

Domingo 4 de febrero, 3:23 de la tarde.

El sol quema nuestras cabezas, pero todo el mundo continúa en la playa. Ya han pasado 4 carros de “blocos” de zamba. Todos de diferentes colores. Asumo que se están preparando para el carnaval.

Un campeonato de voleibol hay en la playa. Son buenos, muy buenos. La pelea es a muerte dentro de la cancha, pero fuera son todos amigos. Comparten el agua helado, los asientos y los quitasoles. Adentros sólo comparten la sed por ganar…

Debo reconocer que me gustaría tener ese tipo de sed… ahora sólo quiero una bebida bien helado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

una pequeña pregunta...no será febrero? Suena muy entretenido, quiero irme pa allá AHORA!!! bueno, tendré que conformarme que me queda un día menos.

Anónimo dijo...

weeeeeeena po tatan... vo aya eri el tronco pal balon y pa bailar.... yo aca soy maradona y en la disco me dicen "que bueno bailar con un chico que sabe" eso cuando ponen su juan luis guerra, daddy yankee o elvis crespo jajajaja... lo de la tarima, he bailado en la tarima aca.. jajajaja y no es talla (sin mucho exito por cierto, com en los viejos tiempos)... saludos del frio al calor

tata!

Anónimo dijo...

Sabes, ahora que leo esos episodios, me acuerdo que a mí también me tocaron cosas como esas cuando me fui de intercambio, y en verdad es algo especial. No sé, me acuerdo que yo me ponía muy feliz porque me hacían sentir "en familia", cuando podían perfectamente ni dirigirme la palabra...